El tiempo, según va pasando va arrinconando momentos, vivencias, amistades. Ocurre casi siempre y en todos los aspectos de nuestra vida. Pero en ocasiones también ocurre, que el tiempo acrecienta más el recuerdo y hace que una situación, una persona, un instante, se mantengan en nuestra mente con la misma fuerza que en el momento de ocurrir o de ser. No se trata de un acertijo en el que la solución sea la gallina. Es un pensamiento que me ha surgido al enterarme de un acto en el que, a través de la memoria, se ha rendido homenaje a uno de los personajes de nuestra juventud. A la cantante Cecilia que, víctima de un accidente de carretera, nos dejó hace nada menos que 35 años. Parece, por su presencia constante en nuestra imaginación, que fue ayer. Pero no; fue el 2 de agosto de 1976. O sea, insisto, 35 años y un poco más.
¿Qué fue Cecilia para la mayoría de nosotros? Fue nuestra juventud, al principio en un cambio de las costumbres, la aparición de un nuevo estilo para nuestras vidas, nuevos conceptos musicales y también sociales, nuevas formas en las letras para expresar un sentir y sobre todo un deseo de cambio, una apertura para las posibilidades femeninas y unas expectativas para las nuestras… fue muchas cosas Cecilia. Desde sí misma, la persona, y desde sus canciones, que es lo que más nos llegaba. Al menos a la inmensa mayoría, ya que personalmente tuve el privilegio de tratarla más de cerca dado que en aquellos tiempos ejercía la información desde la música ligera de la que Cecilia era un referente. Siempre dispuesta a intercambiar una pequeña charla (lo de entrevista, con la frialdad que ello encierra casi siempre, nunca lo concebí para ella) ante el micrófono de “Los 40 principales”. El micrófono, en singular, porque en aquel pequeño, diminuto, prácticamente un cajón, estudio de Radio Madrid FM, únicamente había uno. Ella y yo intercambiando palabras y Santiago, el encargado de promoción de su discográfica, como testigo. Y los compañeros de la emisora desfilando ante el cristal de la “pecera” para ver a una de sus cantantes preferidas y escucharla por el altavoz exterior, con su hablar pausado a la vez que espontáneo y ligeramente silbante filtrado a través de sus paletos levemente separados, y como en la mayoría de sus canciones, íntimo, desde una atractiva media sonrisa.
Cecilia, nada más aparecer en el mundo de la música, fue adoptada por la juventud española como objeto de inspiración; a modo de espejo en quien reflejarse. Sobre todo ellas, las chicas, a las que revoloteaban por sus cabezas nuevas formas de comportamiento, y en las canciones de Cecilia adivinaban alguna que otra orientación. Para ser más exactos, un poco después de aparecer, ya que su primera grabación, en 1970, la hizo en inglés y no andábamos en este país por entonces muy sobrados de conocimientos lingüísticos como para que una mayoría supiera lo que decía.
http://www.youtube.com/watch?v=DfAFtKPfxjU&feature=related
Por entonces era Eva, una reducción de su nombre de pila –Evangelina– y si cantaba en inglés no era por pedantería que fue algo totalmente alejado de la cantante madrileña que siempre persiguió la naturalidad, ni tampoco de modas, sino porque era bilingüe ya que por la condición de diplomático del padre anduvo toda su infancia y adolescencia viajando por diferentes países (Reino Unido, Estados Unidos, Portugal, Argel, Jordania…) y teniendo que servirse de otras lenguas, aparte del español, para comunicarse en ellos. También su formación y educación cosmopolita, por la misma causa, era tan diferente al resto de casi todas sus compatriotas. Pero aunque se manifestara sin ninguna dificultad tanto en un idioma como en otro, cuando se definió por su dedicación a la música, tras abandonar los estudios de Derecho, también se decidió por utilizar el idioma materno, tanto para cantar como para escribir sus propias canciones ya que en todas sus grabaciones aparece su firma.
Tras aquel su primera experiencia discográfica con un grupo que no duró demasiado tiempo, surgió, un año después, la que sería desde entonces su verdadera profesión: cantante y compositora. Lo hizo con nombre nuevo y eligió el de Cecilia porque el de Eva ya estaba cogido por alguien y el de Cecilia suponía entonces un impacto dado el éxito que por entonces disfrutaban Simon y Garfunkel con el tema del mismo título. Y con Cecilia se quedó y como Cecilia fue adoptada y aplaudida. Tanto en sus música como en sus letras ya que es indiscutible la calidad temática y literaria de sus poemas. El primer disco en solitario, un sencillo, sin ser un fracaso, tampoco fue precisamente un éxito y desde él pedía a los recién separados Beatles, en “Reuníos”, que se volvieran a juntar; una invitación que los de Liverpool desatendieron. A pesar de su poco difusión comercial, mucha gente intuyó a la artista en este su primer trabajo en solitario, por lo tanto volvió a tener su oportunidad, en forma ya de LP, que a fe si resultó bien aprovechada. En él, entre otras, estaban “Dama, dama” con su trasfondo social, o las más existencialistas “Nada de nada” o “Mi gata luna”.
http://www.youtube.com/watch?v=KNuT5UU2dVA&feature=related
El siguiente LP, en 1973, padeció algún que otro problema con la censura que no era partidaria de aceptar el contenido de alguna de las letras. ¡Qué manía con la que debe decirse y lo que no!, aunque sea dentro de un orden. La portada, para empezar ya era un tanto provocadora para la mentalidad al uso. En ella aparecía caracteriza de embarazada, mientras que la canción, que era el tema central del disco, decía “Me quedaré soltera”. Ahí es nada.
http://www.youtube.com/watch?v=2HwVIgmWlkg&feature=related
La confirmación definitiva, por si todavía se daba alguna duda, llegó con el tercer LP en el que se incluía el que fue su mayor éxito: “Un ramito de violetas”. Una canción totalmente vigente reconocida por las generaciones tanto de entonces como de ahora, bien en la versión original de Cecilia como en alguna otra de las muchas que se han realizado.
http://www.youtube.com/watch?v=F4_0FkGInMk&feature=related
Y por si el éxito de un tema no fuera suficiente para un LP, en aquel se incluía, entre otras, “Mi querida España”.
http://www.youtube.com/watch?v=nOatrXGc0do&feature=related
Prácticamente fue el final ya que después -1975- tan solo fue su participación en el Festival de la OTI, por impulso de Televisión Española y de su casa discográfica, aunque en contra de su voluntad ya que no era partidaria de los festivales. Así y todo obtuvo un buen resultado ya que se alzó con el segundo premio a una canción “Amor de medianoche” donde ella puso la letra y Juan Carlos Calderón la música del que fue su último trabajo.
http://www.youtube.com/watch?v=rR1wFCufZo0
Se editó un LP recopilatorio incluyendo este tema y un sencillo con “Tú y yo” y “Una guerra” en la cara B. Con el tiempo se hicieron más recopilaciones así como un álbum donde, utilizando la técnica, se escucharon versiones de varias de sus canciones con otros artistas. Tras su desaparición, también apareció otro sencillo con “El viaje” y “Lluvia” así como algunos temas sobre los que trabajaba cuando el accidente fatídico, utilizando letras de Valle Inclán y otros en fase de maqueta aunque interpretados en algunas actuaciones en directo.
http://www.youtube.com/watch?v=MK-JHaNTGRM
El 2 de agosto de 1976, regresando de una actuación en Vigo, casi al amanecer (5,40 am) su coche se estrelló contra la parte trasera de un carro tirado por bueyes sin ningún tipo de señalización así como ausencia de alumbrado público, en las proximidades de la localidad zamorana de Benavente. Ella iba durmiendo y nunca despertó. Su vida se detuvo a los 27 años. Por entonces se encontraba en el momento más glorioso de su carrera musical, en la cúspide. Para todos los españoles nos quedó el recuerdo, pero para su familia también quedaron los documentos de su presencia domiciliaria y entre ellos, varias canciones, varias grabaciones en fase de proyecto que ahora ha dado a conocer una de sus hermanas, Teresa, tras encontrarlas arreglando el trastero de su propia casa, donde las cintas permanecían guardadas en una caja desde hace 35 años. Es como si Cecilia hubiera vuelto, ya sin censuras, diciendo todo lo que se le antoje. Ya puede referirse tranquilamente a esa “España muerta” sin necesidad de tener que decir “esa España nuestra”. Ahí está el resultado discográfico; se presentó hace pocos días. Aquella hippie que tan bien conocía el mundo burgués fue un referente para las mujeres de entonces. Las cosas han cambiado mucho en el país y para la mujer, pero todavía no de forma tan avanzada como la que idealizó Cecilia desde los moldes que intentó romper.