;
Cabecera Me Viene A La Memoria

EL EJEMPLO DEL TRABAJO

Hoy voy a comentar en el blog acerca de un personaje femenino de cuya popularidad todos, o por lo menos una inmensa mayoría, somos conocedores; tanto en España como Hispanoamérica. Ella constituye un claro ejemplo del significado que debemos darle a la edad ya que su actitud, desde esa edad prolongada de que disfruta, es todo un ejemplo a imitar pues supone el enfrentamiento a la vida sean cual sean sus circunstancias.

¿Hay alguien que no conozca a Corín Tellado? Pues no. Se sea o no aficionado a la lectura a nadie se le escapa este nombre que es el referente definitivo de la literatura popular. Corín Tellado –aquí tengo que faltar a la caballerosidad de no mencionar una edad femenina- cumplirá 80 años el próximo día 25. Y ahí está, como siempre, en su Asturias natal, proporcionando entretenimiento con sus novelas a los muchos lectores que la siguen, con la misma fuerza y la misma prodigalidad que cuando empezó. Socorro, después Socorrín, para acabar derivando en Corín, como todo aficionado a escribir empezó leyendo; era una lectora insaciable y de todo lo asimilado empezó a concebir sus propias creaciones.

En 1946 publicó su primera novela ‘Atrevida apuesta’ por la que percibió tres mil pesetas que, entonces no eran ninguna tontería. Se necesitaban en su hogar donde el padre acababa de fallecer. Ese golpe de suerte evitó que entrara a trabajar como dependienta en una tienda de ropa. A partir de entonces, el éxito nunca la abandonó tanto en la novela, como en la fotonovela, el serial radiofónico, el cine y la televisión. Lleva firmados más de cuatro mil títulos –algunos con seudónimo y muchos de ellos traducidos a varios idiomas- y ha superado los cuatrocientos millones de ejemplares vendidos, lo que la convierte en la escritora más leída en lengua española después de Cervantes.

Corín Tellado se ha mantenido siempre fiel a su línea argumental exponiendo situaciones donde el amor siempre triunfa por encima de cualquier inconveniente social, a través de la temperatura sentimental que imprime a sus personajes, lo que hace que el lector se identifique fácilmente con ellos.

Como ocurre a cualquier tipo de creador, sus obras son aplaudidas o criticadas y a ello no escapa Corín Tellado, que junto a quienes la admiran existen quienes la desautorizan por su estilo. Ocurre como con las revistas del corazón que, al parecer, son muy pocos los que las leen pero que se editan y venden por cientos de miles. En algún punto está el fallo y la falta de atrevimiento para reconocer la verdad. A los editores, claro, les trae sin cuidado que haya tantos ‘intelectuales’ que digan ignorarlas. Con respecto a Corín Tellado, diversos autores de renombre han reconocido el mérito de su obra. Es el caso de  Guillermo Cabrera Infante, premio Cervantes de Literatura, quien la comparó con Sor Juana Inés de la Cruz y manifestó que supuso una influencia decisiva en su carrera de escritor. Igualmente declara su admiración por ella, entre otros, Mario Vargas Llosa quien aprecia que quedará como muestra de un fenómeno sociocultural.

Así lo es ya y lo es desde hace muchos años como lo demuestran los recuerdos que vienen a mi memoria. En mis tiempos de cumplir con el servicio militar (ha llovido durante más de cuarenta abriles desde entonces) la única literatura que circulaba entre los soldados eran las novelas de Corín Tellado. Eran de lectura fácil y rápida y podías, por su reducido tamaño, camuflarlas rápidamente cuando hacía su aparición algún superior empeñado en perfeccionar nuestra formación castrense. En ellas, por otra parte, nos identificábamos con las situaciones amorosas descritas en la narración e intuíamos, traspasadas las tapias del cuartel, los besos de sus protagonistas con los que la misma autora dice que fue como aprendió a besar.

Corín Tellado, en definitiva, junto a su condición de escritora, es un ejemplo de trabajo como la acredita la Medalla de la que es poseedora. Y el trabajo es siempre la base del éxito. Ha pasado por situaciones difíciles como fue la disolución de su matrimonio, al poco tiempo de contraerlo, y su afección de riñón que la obliga a someterse a diálisis tres veces por semana. Pero ella continúa escribiendo incansablemente porque, al revés que para Larra para quien ‘escribir en España era llorar”, para Corín es vivir. Que sea por muchos años más. Felicidades por el ochenta cumpleaños.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>