;
Cabecera Me Viene A La Memoria

LA RISA ESTÁ DE LUTO

Numerosos actores han adoptado unas determinadas formas de interpretación, han creado un personaje al que han adaptado los personajes que se les ha encomendado. O al revés, que también es valido: han adaptado los personajes que les ha tocado interpretar a unas determinadas características personales con las que se han presentado ante el público. Mario Moreno, “Cantinflas” siempre fue el “peladito”, bien como sacerdote, como bombero, como profesor, como diputado… Otro tanto sucedió con Charles Chaplin. Fue “Charlot” en casi todas sus interpretaciones. Adaptó los papeles al personaje que había creado. O Stan Laurel y Oliver Hardy que siempre fueron “el gordo y el flaco”, o Larry Semon, de la época del cine mudo, al que siempre conocimos como “Jaimito”, como ocurrió con Buster Keaton  que adquirió popularidad, también en el cine mudo, como “Pamplinas”. Y otros muchos. Juanito Navarro no utilizó un seudónimo, pero sí una forma de actuar en la que, aparentemente, siempre estaba enfadado. Tanto con el gesto como con la voz. Con esa “pose” de enfado consiguió provocar la risa a todos los que veíamos sus múltiples trabajos en la escena, en el cine o en la televisión. En ese “todos” estamos todos ya que han sido infinidad las películas en las que intervenido y no menos los títulos teatrales o las apariciones en televisión, con lo que, en alguna ocasión y seguro que han sido muchas, el que más y el que menos ha tenido oportunidad de verle y recordar su nombre. Y lo que es más importante: reír con él porque ésa –hacer reír– era su actividad profesional. Y hago hincapié en esas características utilizadas por tantos actores, porque en el caso de Juanito Navarro sólo era una postura, la del cabreo, ya que el humor, tanto en su trabajo como en su personalidad, era algo que le salía por los poros de forma constante. Estos días pasados nos ha dejado, a los 86 años de edad sin que nadie le haya llamado Juan, ni don Juan como le hubiera correspondido por su prestigio profesional. Juanito era más íntimo y más próximo; no importa la edad ni con este diminutivo se le faltaba al respeto. Se ha ido sin previo aviso, desarrollando una vida normal, participando en proyectos cinematográficos como su intervención en la cuarta entrega de la serie “Torrente”, del director Santiago Segura, que ya no verá estrenar aunque, cuando ello suceda, tiene el aplauso póstumo garantizado. Y soñando, también, en volver a montar una revista en la que intervinieran él y Lina Morgan. Un sueño, ya, imposible, al que hace pocas fechas se refería en una entrevista televisiva.


Han sido más de 60 años subido a los escenarios de todos los teatros de España. Trabajó en el cine, si, y en la televisión y en las salas de music hall, pero su profesión la ejerció sobre todo en el teatro. A él llegó cuando contaba 21 años tras haber realizado estudios de ingeniería aeronáutica. El mundo de los aviones no pudo contar con un ingeniero en la plantilla de quienes posibilitan al hombre volar, pero la escena ganó un actor.


Su debut fue con una reposición de “La blanca doble”, una de las muchas incursiones del maestro Jacinto Guerrero en el género revisteril y cuyo título también sirvió para que, en brazos de mis padres, debutara yo como espectador en las salas teatrales; actividad que mantengo. Recordemos uno de los números de esta revista en la versión que de ella hace Esperanza Roy.


http://www.youtube.com/watch?v=PIt_WGNxfOo


Desde el principio, Juanito Navarro hizo gala de una portentosa vis cómica que le supuso la continuidad de contratos. Los empresarios contaban con él lo que supuso su participación en varias compañías junto a las más destacadas vedettes del aquellos finales de los 40 y casi todos los 50: Raquel Daina, Amparo de Lerma, Carmen Jareño… Por supuesto, al lado igualmente de los primeros actores cómicos del momento como Antonio Garisa o Luis Cuenca. A pesar de su gran éxito en la revista se atrevió con las comedias únicamente habladas para lo que formó compañía propia en 1958. Con ella repuso varios títulos ya acreditados y estrenó otros logrando triunfar con ambos. Así y todo, al ser reclamado por los empresarios de revista se reincorporó a este género para hacer, entre otras, la reposición de “Un matraco en Nueva York” a la que pusieron música Francisco Alonso y Jacinto Guerrero y que con anterioridad ya había sabido de la aceptación del público. En el reparto actuó una joven vedette cómica que no tardaría en convertirse en una auténtica estrella de la revista: Lina Morgan. Dado el renovado éxito, las empresas llevan a cabo una gira por toda España con dos compañías encabezadas por cada uno de los dos. En el caso de Lina, su compañero para el periplo fue Antonio Casal. Este actor, que durante tantos años formó pareja artística con Ángel de Andrés, coincidió con Juanito Navarro en diferentes repartos. Uno de ellos a las órdenes de Tony Leblanc que los contrató como cabecera de cartel cuando, en 1962, formó su propia compañía en la como vedette actuaba Addy Ventura. En el teatro Calderón, de Madrid, estrenó la revista escrita por él “Todos contra todos”. Protagonista en los carteles de numerosas revistas, casi siempre bajo la dependencia empresarial de Matías Colsada y alternando con todas las figuras, tanto femeninas como masculinas. Es Lina Morgan la que convence al empresario Colsada de que son ella y Juanito los que verdaderamente atraen al público, lo que acaba convirtiendo a ambos en pareja de cartel en un contrato que contempla seis meses de trabajo en Madrid y otros tantos en provincias. Entre 1965 y 1972 llegan a estrenar juntos nueve espectáculos. El público llegó a creer que Lina y Juanito eran pareja más allá de los escenarios, cosa que nunca ocurrió como ambos han afirmado en tantas ocasiones. Ni siquiera estaban contratados como pareja sino por separado para un determinado espectáculo y sin que en ningún momento se considerara desde la empresa tal relación artística. Simples conveniencias de cartelera. Cuando realmente se formalizó la pareja artística como tal fue en televisión, en el programa “Noches del sábado”.


http://www.youtube.com/watch?v=bkZaVDaD2hE&feature=related   
 
La televisión siempre acogió el quehacer de Juanito Navarro, tanto en repartos de comedia como en actuaciones personales o compartidas. Así ocurrió con el desaparecido actor Simón Cabido al que incluyó en la nómina de la compañía que Navarro formó en 1978 para estrenar “Una vez al año no hace daño”, escrita por él mismo y a la que puso música Augusto Algueró. La popularidad adquirida por la pareja con las historias de “Doña Croqueta y don Cirilo” hizo que fueran reclamados para la pequeña pantalla donde marcaron toda una época humorística. Otro tanto puede decirse de la colaboración establecida entre Juanito Navarro y Antonio Ozores, que le ha precedido en el mismo recorrido al otro mundo con sólo unos meses de anticipación. “Chicho” Ibáñez Serrador, siempre atento al humor, contó con ellos para su famoso “Un, dos, tres”.
http://www.youtube.com/watch?v=FApjbX5Jw-w&feature=related


Haciéndonos reír han transcurrido más de sesenta años de vida profesional de Juanito Navarro que alternó su gran afición por el teatro con otra nunca disimulada: su pasión por el Real Madrid. En dos ocasiones aspiró a la presidencia del club blanco, aunque en ninguna de ellas logró su deseo. Las últimas horas de su vida las pasó presenciando un encuentro del equipo de sus amores que, por cierto, ganó a su rival. Pocas horas después, mientras dormía, le sobrevino la muerte. Si hubiera sido atlético es muy probable que su vida no se hubiera dilatado tanto ni la voluntad de hacer reír tan intensa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *

Puedes usar las siguientes etiquetas y atributos HTML: <a href="" title=""> <abbr title=""> <acronym title=""> <b> <blockquote cite=""> <cite> <code> <del datetime=""> <em> <i> <q cite=""> <strike> <strong>