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Cabecera Me Viene A La Memoria

UN AÑO SIN ELLA


Hoy hace un año (para los que lean este post después de su aparición , me estoy refiriendo al día 1 de junio), que Rocio Jurado nos dejó, víctima de un proceso cancerígeno que se prolongó cerca de tres años. Los especialistas en entrometerse en vidas ajenas, por los que, salvo excepciones, no siento el más mínimo respeto profesional y con los que comparto la misma denominación en cuanto a profesión, andan debatiendo estos días sobre las consecuencias de esta desaparición hurgando en las más íntimas razones de una herencia cuyos resultados únicamente afectan a la familia y a todos los demás deben traernos sin cuidado. Es decir, que tienen carnaza con la que alimentar su voraz apetito carroñero.


Lo que verdaderamente importa al público que la admiramos en vida es el arte del que nos privó al dejarnos. Que era mucho y que, afortunadamente, queda conservado en las muchas grabaciones discográficas que llevó a cabo a lo largo de su vida profesional.


Hoy, en este primer aniversario de su fallecimiento, quiero, con este post, -¡va por ti, Rocío!-, rendir un pequeño homenaje a la que hace años fue amiga y con la que compartí muchos ratos de ocio esperando en una cafetería próxima a Radio Madrid, la hora de empezar el programa en el que trabajaba con Miguel de los Santos. Con ella, con Carmen Jara, con su hermana Soledad cuando se dedicaba a la canción… Rocío era el punto de gracia y de ocurrencia en la reunión de todas las noches. Alegre, bullanguera, derrochando simpatía… Todavía no era la diva en que más tarde la convertiría el público, aunque ya era suficientemente popular tanto en la canción como en el cine. Allí era la amiga de la gente de la radio, no la cantante. La vida lleva a cada uno por caminos diferentes y… perdimos el contacto aunque siempre la seguí escuchando. Sin ir más lejos, para escribir estas líneas he puesto el CD de ‘La Lola se va a los Puertos’.


María del Rocío Trinidad Mohedano Jurado llegó al mundo en la gaditana Chipiona en 1946 en el seno de una familia humilde –su padre era zapatero- pero de grandes aficionados al cante flamenco y a la canción española. De sus padres, por tanto, heredó el sentido musical y la pasión por la música, que le llevó a participar en cuantos concursos de radio había y de los que casi siempre conseguía el primer premio. Aquello le gustaba, sí, pero también lo hacía para ayudar a la precaria economía familiar al mismo tiempo que se ganaba un sueldo como zapatera o en la recolección de fruta, ya que su padre murió cuando ella contaba quince años.


Decidida a probar suerte en la canción, en 1960 se trasladó a Madrid, en compañía de su madre, siendo todavía menor de edad. Pastora Imperio le brindó la primera oportunidad en ‘El Duende’, el tablao que regentaba. Precisamente esta minoría de edad es lo que tantas veces confunde a la hora de fijar su fecha de nacimiento ya que, para poder trabajar, manifestó haber nacido en 1944. ¿Por qué no lo vamos a creer? De cualquier forma, es lo mismo; el arte no tiene edad.


De su trayectoria artística poco hay que decir ya que de todos son conocidos sus éxitos, tanto en copla como en flamenco o música ligera. En España y en el mundo entero ya que su voz fue reconocida a nivel internacional, hasta el punto de que en el año 2000 se le otorgó en Nueva York el premio de la ‘Mejor Voz Femenina del Siglo XX’.


Rocío Jurado evolucionó la canción española hasta en la forma de presentarla ya que, de alguna manera, arrinconó la bata de cola y la peineta para lucir lujosos trajes de fiesta. No obstante, no se apartó totalmente de ellas. La guardó para momentos concretos y las lució, por ejemplo,  cuando, en mayo de 1976, contrajo matrimonio con el boxeador Pedro Carrasco. La pareja, padres de una hija, permaneció unida hasta 1989 en que optaron por el divorcio, y después de conseguir la nulidad matrimonial, en 1995 la Jurado se casó con el torero José Ortega Cano volviendo a darse el típico caso de unión entre tonadillera y torero.


El año 2004 fue fatidico para la chipionera ya que es cuando le fue detectado un cáncer de pancreas. Tras ser sometida a tratamiento, tanto en España como en los Estados Unidos, la ciencia no pudo combatirlo y el día 1 de junio del 2006 Rocío Jurado dejaba de existir. El poderío de su voz y su carácter  en la escena se apagaron.


Nos queda el recuerdo que hoy, y como a mí a muchos, nos viene a la memoria el nombre de la Jurado. el sonido de su voz y su mucho arte; algo inmaterial que ni se puede legar ni se puede repartir. ¿No estáis de acuerdo?

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